Querida comunidad CVE.
Queridos profesores, alumnos, familias, personal de apoyo…
Creo que no nos equivocamos si decimos que estamos viviendo la prueba más dura y difícil como comunidad
educativa. Nos está tocando enfrentarnos al aislamiento, en el mejor de los casos, y también a la
preocupación por nuestros familiares y amigos, e incluso a algunas dolorosas despedidas. Pero, a pesar de
todo, nos estamos comportando como la Gran Familia que somos.
En primer lugar, los profesores os estáis comportando de forma ejemplar, ayudándonos a mantener las
rutinas y la normalidad en nuestras casas, dentro de lo anormal que es todo. Vosotros también tenéis
familiares a los que atender, enfermos de los que preocuparos y vuestras propios duelos y, sin embargo,
nuestros hijos os encuentran cada mañana al otro lado de la pantalla, dando ánimo, exigiendo pero a la vez
siendo flexibles, apoyándoles en lo académico en apariencia, pero, sobre todo, estando presentes en lo
humano. Alguna vez, os lo confesamos, os vemos y escuchamos al otro lado, y nos quedamos embobados
disfrutando de vuestro cariño y vuestra infinita paciencia hacia nuestros hijos. No hay palabras suficientes
para agradeceros el trabajo y el esfuerzo dedicado. No las hay.
En segundo lugar, el personal “oculto” del cole, al que no vemos en las pantallas: secretaría, informática,
administración, dirección, gabinete psicopedagógico… todos trabajando a una, dando apoyo para que todo
funcione, resolviendo los problemas que esta nueva manera de trabajar está generando. Sois eficaces,
resolutivos y silenciosos. Sois estupendos. Sin vuestro trabajo constante, nada funciona.
En tercer lugar, las familias. Sabemos que estáis colaborando para que todo marche bien, apoyando a los
niños, mientras trabajamos, cocinamos, hacemos la compra y atendemos a nuestros mayores. Un equilibrio
difícil, sin duda, pero en el que estamos dando todo. Nuestras casas se han convertido en gimnasios, talleres
de pintura, despachos… Preparamos la comida mientras uno hace malabares y otro hace un experimento en
la pila de la cocina… y a la vez terminamos una hoja de cálculo para mandar al trabajo…. Toda una heroicidad
de la que nos tenemos que sentir orgullosos.
Y además de todo esto, sabemos que el virus está causando dolor en algunas familias, que estamos
palpando la soledad y a veces la desesperación. Es en esto en lo que más nos estamos apoyando. Sabemos
que existe un tejido invisible de familias rezando por otras familias, de llamadas de apoyo, de mensajes de
cariño, de personas que les hacen la compra a otras porque saben que no pueden salir… en fin, infinita
generosidad. La Gran Familia del Virgen de Europa está demostrando de qué pasta está hecha.
Desde la Asociación de Padres del Virgen de Europa queremos mandaros a todos un mensaje de
agradecimiento y de ánimo. Esto pasará, sin duda, y juntos celebraremos la Vida. Daremos gracias a Dios por
haberlo pasado, y abrazaremos fuerte a los que hayan quedado con heridas en el corazón. Todos juntos,
como una Gran Famillia.
Un abrazo fuerte a cada uno de vosotros.
APA CVE

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