No sé si os pasa lo mismo, pero algunos días me siento como un atleta de los mil metros valla: comienzo la mañana luchando contra el despertador, después el desayuno y arreglo de los hijos -¡no quiero tomar la leche!, ¡ponme tú los zapatos!, ¡queréis abrocharos los abrigos!-, luego el trabajo y sus guerras particulares, ¡ah! no debo olvidar las inevitables compras para el abastecimiento familiar (no sé como me las arreglo pero siempre falta algo). En fin, llego a casa tras una dura jornada contrarreloj y dispuesta a relajarme, y no sólo me esperan un sinfín de tareas domésticas, sino que tengo a dos adorables hijos con una mirada inquisitiva esperando a una pletórica mamá que les dedique todo su tiempo, es decir, hacer los deberes, jugar, recoger, bañarse, cenar, leer cuentos, contestar a profundas e interesantes preguntas y por último velar sus dulces sueños. ¡Socorro, me rindo!
Esos días de los que os hablo, me descubro maldiciendo mi frenética y ocupada existencia y pensando que mis hijos ¡mis queridos hijos! a veces superan mis límites. Una vez serenados los ánimos, me invade un persistente sentimiento de culpabilidad, pues observo que mantengo el mismo nivel de exigencia con los niños que el que yo tengo conmigo misma, y que, inconscientemente, proyecto diariamente sobre ellos mis ansiedades, preocupaciones, el cansancio e incluso los fracasos. Lo comento con mi marido y él tiene la misma sensación.
Me preocupa, y mucho, no sólo la educación, sino la propia existencia de mis hijos, que crezcan sanos, que progresen en sus conocimientos, que aprendan a razonar y afrontar problemas, que sean equilibrados y responsables, que sean sobre todo… felices. Los padres tenemos mucho que ver en la vida y educación de nuestros hijos. Somos su mayor modelo y punto de referencia de sus criterios, expectativas y equilibrio emocional.
¿Seremos «buenos» padres? ¿Somos fieles, en la práctica, al modelo educativo por el que optamos? ¿Perciben los niños estas incoherencias? ¿Son nuestros hijos el reflejo de lo que proyectamos sobre ellos?