Todos los expertos del mundo de la infancia coinciden en la influencia que la actividad lúdica tiene para el desarrollo equilibrado del niño, en sus aspectos psicomotores, cognitivos, afectivos y sociales.

La etapa de la Educación Infantil que abarca de 0 a 6 años, es especialmente propicia para el uso del juguete con fines pedagógicos. En esta etapa como explica María Costa, directora del Departamento de Pedagogía de AIJU (Instituto Tecnológico del Juguete), «el juego es un recurso idóneo para utilizar en la escuela, debido a su carácter motivador, globalizador de contenidos, y por ser mediador de aprendizajes significativos. Además, la actividad lúdica fomenta la interacción entre niños y niñas, aspecto que constituye tanto un objetivo educativo como un recurso metodológico de primer orden».

En este primer ciclo, se trata de un juego en gran medida espontáneo para el niño, aunque cuidadosamente planificado desde un proyecto curricular, incluyendo objetivos tan importantes como el desarrollo de la capacidad de control del cuerpo, de las habilidades perceptivas y motoras, de manipulación, la utilización de formas de comunicación y representación para expresarse, etc.

Entre los 2 y los 3 años aparece el juego simbólico, de representación de un objeto por otros, directamente relacionado con las tres áreas del conocimiento establecidas por el sistema educativo: área de identidad y autonomía personal, área de medio físico y social y área de comunicación y representación.

Entre los 3 y los 4 años aparece la diferenciación de sexos en cuanto a juegos. En este estadio, el papel del educador es fundamental en cuanto a la reducción de estereotipos y la educación para la igualdad de oportunidades de ambos sexos.

Entre los 4 y los 5 años cobra una especial importancia el juego simbólico y el juguete, ya que los niños crean y recrean increíbles situaciones en función de su imaginación. Con este juego, disfrutan de la fantasía, a la vez que aprenden a conocerse y a explicar la realidad.

Entre los 5 y los 6 años, el juego con otros niños es lo más significativo. Aparecen los juegos regaldos, juegos que son el motor de la socialización, juegos con normas y reglas que respetar, que les une y les hace diferentes a los otros.

El juego infantil se caracteriza por ser una actividad divertida, pero seria a la vez. El niño, cuando juega se divierte, pero por otro lado el niño se toma el juego muy en serio porque, para él, es una forma de afirmar su personalidad y mejorar su autoestima. Es además una experiencia de libertad, de ficción y que, a veces, implica un esfuerzo por parte del niño.

Los padres y educadores ostentan un papel muy importante en el juego infantil, ya que son los que observan las necesidades lúdicas de los pequeños y, en base a esa observación, les proporcionan los medios para su disfrute, permitiendo siempre la libertad de explorar, manipular, tantear, investigar, etc. En definitiva, padres y educadores guían y ayudan sutilmente a los niños a descubrir el mundo que les rodea y el papel que van a desempeñar en el mismo.

Jugar es fundamental. Pero también lo es, hacerlo en un lugar adecuado. Por ello, tanto en casa, como en el ámbito escolar, es importante adecuar estos espacios lúdicos, con el objeto de propiciar el juego de una forma segura, tanto física como psíquica, y siempre promoviendo la libertad y la independencia inherentes al juego infantil.

Es importante destacar la trascendencia de la elección adecuada de juegos y juguetes para cada una de las etapas de crecimiento. En cada una de esas etapas el niño va a desarrollar una serie de funciones, y es importante que cuente con los juguetes más apropiados para ayudarle a conseguirlo

WP Twitter Auto Publish Powered By : XYZScripts.com